¿Qué significa y cómo funciona un ETF?
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Los ETFs han revolucionado el panorama de la inversión, proporcionando a los inversores particulares e institucionales potentes herramientas que les ayudan a alcanzar sus objetivos financieros. Al ofrecer versatilidad, diversificación y acceso a diversas clases de activos, los ETFs se han convertido rápidamente en uno de los vehículos de inversión más populares entre los inversores actuales.
Puntos clave
- Los ETFs ofrecen una forma económica de acceder a muchas clases de activos y diversificar su cartera.
- Los ETFs se presentan en distintas variedades, como inversos, de acciones, de mercados extranjeros, apalancados, de inversión alternativa, entre otros.
- Invertir en ETFs puede suponer menores costes y comisiones que invertir en fondos de inversión, así como una mayor facilidad de negociación y la posibilidad de centrarse en sectores o mercados específicos.
- Sin embargo, los ETFs pueden presentar problemas de liquidez y errores de seguimiento, además de ciertos costes que podrían acumularse con el tiempo.
¿Qué es y cómo funciona un ETF?
ETF son las siglas en inglés de Exchange Traded Fund (fondo cotizado en bolsa), y se trata de un producto de inversión que permite a los inversores acceder a muchos tipos diferentes de activos a la vez. La idea principal de estos productos de inversión es que, en lugar de comprar una acción o un bono, se puede comprar una cesta completa de activos diferentes, todo en un solo valor.
Los ETFs pueden seguir muchos tipos diferentes de activos subyacentes, como acciones, materias primas, divisas o incluso índices y criptomonedas. Los ETFs pueden poseer una amplia gama de activos de múltiples sectores o centrarse en un área concreta. Algunos se dirigen únicamente a los mercados de Estados Unidos, mientras que otros se centran en empresas extranjeras. Por ejemplo, los ETFs relacionados con la banca tendrán participaciones en acciones de muchos bancos e instituciones financieras.
Los fondos cotizados pueden intercambiarse en un mercado habitual como la bolsa en cualquier momento del día. Con sus precios de acción variables, son fáciles de comprar y vender. Además, los operadores pueden aprovechar los ETFs para vender en corto.
Los ETFs se diferencian de las acciones en que añaden y retiran acciones continuamente, lo que significa que el número de acciones en circulación puede variar diariamente. Este ciclo perpetuo mantiene los precios de los fondos cotizados (ETFs) coherentes con sus valores subyacentes, por lo que los inversores no tienen que preocuparse por las discrepancias del mercado.
Fondos cotizados vs Fondos de inversión
Los ETFs y los fondos de inversión se parecen en que ambos ofrecen a los inversores acceso a una serie de acciones y otros valores. Sin embargo, existen diferencias clave entre ambos.
El principal factor diferenciador entre los ETFs y los fondos de inversión es su estructura. Los precios de los fondos de inversión se determinan al final de cada día de negociación en función de su valor liquidativo neto (NAV). El precio de los ETFs lo determina el mercado, ya que los inversores compran y venden acciones en un mercado bursátil a lo largo del día.
Además, los fondos de inversión suelen tener comisiones más elevadas que los ETFs. Esto se debe a que requieren una gestión continua por parte de gestores de capital profesionales, mientras que los ETFs suelen tener poca participación activa.
Tipos de ETFs
Existen numerosos ETFs a disposición de los inversores, desde amplios índices que abarcan todo el mercado hasta fondos sectoriales especializados.
ETFs pasivos y activos
Pasivos (fondos indexados)
Los ETFs pasivos siguen un índice o referencia en concreto, como el S&P 500. Estos fondos ofrecen una amplia exposición a muchas acciones diferentes y son una forma eficaz de seguir el mercado en general. Ofrecen una amplia exposición a muchos valores distintos y constituyen una forma eficaz de seguir la evolución del mercado en general.
Activos
Los ETFs activos están administrados por gestores profesionales y suelen centrarse en un sector o región del mercado. Estos fondos pueden tratar de superar el rendimiento de los mercados en general y proporcionar una exposición más específica a los inversores.
ETFs sectoriales o industriales
Los ETFs industriales o sectoriales ayudan a los inversores a seguir la evolución de los activos o empresas de un sector concreto (ETF de acciones). Por ejemplo, un ETF del sector de la energía incluiría varias empresas del sector energético, como compañías petroleras y de gas.
ETFs de bonos
Los ETF de bonos permiten a los inversores adquirir exposición a distintos tipos de bonos. Estos ETFs pueden seguir una variedad de títulos de deuda, como bonos corporativos y gubernamentales o valores respaldados por hipotecas. A diferencia de los bonos que siguen, los ETFs de bonos no tienen una fecha de vencimiento predeterminada. Por lo general, estos ETFs se cotizan con una prima o un descuento en comparación con el coste real de sus valores subyacentes.
ETFs de materias primas
Los ETFs de materias primas reflejan materias primas concretas, como el oro o el petróleo. También pueden incluir contratos de futuros, que permiten a los inversores especular sobre el precio futuro de una materia prima. Estos fondos pueden ofrecer ventajas de diversificación a los inversores que buscan protegerse de la volatilidad del mercado.
ETFs de divisas
Los ETF de divisas siguen la evolución de distintas monedas. Estos fondos suelen negociarse por pares, lo que permite a los inversores especular sobre el comportamiento de una divisa en relación con otra. Los ETFs de divisas pueden ser una forma eficaz de protegerse frente a las fluctuaciones de los tipos de cambio.
ETFs inversos
Los ETFs inversos están diseñados para ofrecer la rentabilidad opuesta a la de un índice o sector. Por ejemplo, si un índice en concreto baja de valor, un ETF inverso subiría de valor. Estos fondos pueden utilizarse para protegerse frente a las caídas del mercado o para apostar por movimientos de precios a corto plazo.
Los ETFs inversos utilizan derivados para vender acciones en corto. Es importante señalar que muchos ETFs inversos son pagarés cotizados (ETN), que se comportan como acciones pero están respaldados por un emisor, como un banco, y no son verdaderos ETFs.
ETFs de estilos
Los ETFs de estilos siguen la rentabilidad de estilos de inversión específicos, como las acciones de valor o de crecimiento. Estos fondos suelen estar compuestos por valores que cumplen criterios específicos y pueden utilizarse para distintos tipos de inversión. Por ejemplo, un ETF de valor puede incluir valores con una relación precio/beneficio y una rentabilidad por dividendos bajos.
ETFs de mercados extranjeros
Los ETFs extranjeros ofrecen a los inversores acceso a mercados no estadounidenses, como el índice Nikkei de Japón o el Hang Seng de Hong Kong. Estos fondos pueden ofrecer un enfoque diversificado para obtener exposición a distintos países y regiones, lo que permite a los inversores beneficiarse del crecimiento internacional.
ETFs apalancados
Los ETFs apalancados ofrecen un múltiplo de la rentabilidad de un índice o sector subyacente. Por ejemplo, un ETF apalancado 2X duplicaría el rendimiento de su índice de referencia subyacente. Estos fondos pueden ofrecer a los inversores una forma de amplificar sus rendimientos tanto en mercados alcistas como bajistas, pero también conllevan mayores riesgos.
ETFs de inversión alternativa
Los ETFs alternativos ofrecen a los inversores una forma de exponerse a activos que de otro modo serían difíciles o costosos de conseguir, como los bienes inmuebles o las materias primas. Estos fondos ofrecen un enfoque más sencillo y rentable que invertir directamente en el activo subyacente.
ETFs de criptomonedas
Los ETFs de criptomonedas siguen el rendimiento de criptomonedas como Bitcoin, Ethereum y otras. Estos fondos ofrecen a los inversores una forma más accesible de obtener exposición a los activos digitales y pueden utilizarse con fines especulativos o de cobertura.
¿Por qué invertir en ETFs?
Si quiere acceder a muchas clases de activos sin quebrar, invertir en ETFs puede ser ideal para sus necesidades. Hay muchas otras razones por las que estos fondos tienen sentido para una amplia gama de inversores:
Diversificación
Los ETFs ofrecen una manera de diversificar su cartera a través de diferentes clases de activos, minimizando el riesgo.
Menores costes
Los ETFs suelen ser más baratos que los fondos de inversión y más eficientes fiscalmente debido a su estructura de gestión pasiva.
Fácil de operar
Estos fondos facilitan a los inversores el ajuste de sus posiciones sin tener que comprar o vender valores individuales.
Enfoque en una industria específica
Los ETFs pueden utilizarse para enfocarse en una industria, un sector o un mercado en concreto. Esto permite a los inversores aprovechar las oportunidades en diferentes áreas sin tener que comprar acciones o bonos individuales.
Aprovechando vehículos de inversión innovadores como los ETFs, los inversores pueden diversificar estratégicamente sus carteras al tiempo que minimizan costes. La negociación de ETFs ofrece la oportunidad de negociar la volatilidad o ganar exposición a una estrategia de inversión específica, permitiendo una estructura de cartera más sólida y rentable.
Desventajas de invertir en ETFs
A pesar de sus muchas ventajas, los ETFs conllevan algunos riesgos:
Problemas de liquidez
Algunos ETFs pueden ser poco negociados, lo que dificulta la compra o venta de valores en grandes cantidades.
Costos
Si bien los ETFs suelen ofrecer costes más bajos que los fondos de gestión activa, también conllevan comisiones que pueden acumularse con el tiempo, especialmente si hablamos de ETFs de gestión activa.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Qué es un ETF de acciones?
Un ETF de acciones es un fondo cotizado que invierte en una cartera de acciones. Estos fondos ofrecen a los inversores una forma de obtener una amplia exposición a los mercados sin tener que comprar valores individuales.
¿Qué es un ETF de criptomonedas?
Un ETF de criptomonedas ofrece a los inversores la oportunidad de diversificar sus carteras con una selección de criptomonedas sin necesidad de comprarlas personalmente. Los fondos cotizados en bolsa proporcionan una forma fácil y accesible tanto para los novatos como para los operadores experimentados de explorar las inversiones en activos digitales.
¿Cuál es la diferencia entre un ETF y un fondo de inversión?
Los ETFs suelen tener costes y comisiones más bajos que los fondos de inversión, así como una mayor eficiencia fiscal. Además, los ETFs pueden negociarse intradía en bolsa, mientras que las operaciones con fondos de inversión se ejecutan al final del día.
¿Un ETF puede quebrar?
Técnicamente es posible que un ETF quiebre, pero es muy poco probable. Los activos subyacentes de un ETF se mantienen en un fondo fiduciario, gestionado y supervisado por un banco depositario. Este sistema garantiza que el fondo nunca pueda declararse insolvente y que siempre disponga de activos suficientes para cubrir cualquier pasivo.
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